El culto a la Virgen María, como no podía ser de otra manera, ha sido una constante a lo largo de la historia de nuestra Hermandad. Ya desde época muy remota la imagen de la Virgen de los Dolores acompañaba a Nuestro Padre Jesús Nazareno en la mañana del Viernes Santo. Esta talla aparece citada, desde mediados del siglo XVII, con diferentes denominaciones, siendo compartida por las dos hermandades de Pasión alhaurinas, que la procesionaban, alternativamente, el Jueves y el Viernes Santo, siguiendo sus necesidades y orden de intervención en los “Pasos”. Cada vez que la imagen pasaba de una corporación a otra se realizaba un solemne acto de entrega, del que se levantaba acta en el desaparecido “Libro de la Virgen”. A lo largo del año, ambas corporaciones contribuían al sostenimiento de la talla compartiendo sus gastos de su ajuar y luminaria. Así queda reflejado en un cabildo fechado en 1904 que recoge la existencia de un recibo justificativo de la cantidad con la que contribuyó nuestra Real Hermandad para realizar un manto de estrellas de plata confeccionado en 1869.
Desgraciadamente, la talla también desaparecerá en los luctuosos sucesos de 1936. Tras la recuperación de la Semana Santa en 1957, la Hermandad procesiona varias veces a la imagen de Nuestra Señora de los Dolores que se venera en la Parroquia de la Encarnación. Esta situación termina en la Cuaresma de 1962, cuando se decide adquirir una talla para darle culto propio, la cual fue donada por D. Antonio Pérez Pérez. El escultor encargado del trabajo fue el malagueño Pedro Pérez Hidalgo, que realizó la que es considerada por muchos como una de sus mejores obras. Solemnemente bendecida en la Ermita de San Sebastián, la nueva talla fue apadrinada por D. José Bonilla Pérez y Dª. Juana González Pérez
María Santísima del Mayor Dolor: de la pérdida a la belleza serena de una Dolorosa andaluza
Pese a que inicialmente tomó la advocación de Virgen de los Dolores, que tenía la imagen mariana destruida durante la Guerra Civil, con posterioridad se decidió concretar esta titulación bajo la de María Santísima del Mayor Dolor. Escultóricamente hablando, podríamos decir que responde a los cánones clásicos de una Dolorosa de vestir, presentando mirada frontal y una boca entreabierta que permite visualizar los dientes superiores. La expresión dulcificada, las largas y finas cejas y su nariz y ojos se encuentran acordes con los cánones de las denominadas “Vírgenes castizas andaluzas”. Una incisión en la barbilla ofrece mayor acento dramático a la imagen, que ha sido restaurada en 1992, por Miguel Navas Frías, quien estuvo ayudado por el hermano Ramón Vega, y en 2001 por Raúl Trillo Díaz.
Cincuentenario de María Santísima del Mayor Dolor: devoción, arte y solemnidad en una efeméride inolvidable
En septiembre de 2005 María Santísima del Mayor Dolor fue trasladada a Málaga para participar en una magna exposición conmemorativa dedicada a su autor, Pedro Pérez Hidalgo. Siete años más tarde, en 2012, la Hermandad celebró el L Aniversario de su Sagrada Titular. Una efeméride que fue anunciada con un magnífico óleo de la pintora y hermana de Jesús Teresa Farfán Farfán, magníficamente presentado en la tarde del 25 de agosto por el también hermano Jesús Javier Jurado Simón.
Los actos conmemorativos se iniciaron con un Triduo extraordinario que tuvo lugar durante los días 10, 11 y 12 de septiembre, estando precedida cada misa del rezo del santo rosario. Al término de estos cultos se ofrecieron a la talla numerosos enseres, tales como una magnífica saya y cinturilla procesionales realizadas por el Taller de Bordado de la Hermandad, un rostrillo de encaje, costeado por el equipo de camareras, una rosa mística, ofrecida por el Grupo Joven, un rosario traído desde la Casa de la Virgen en Éfeso (Turquía), un trono de realeza y una bandera mariana concepcionista, dándose la particularidad de que todos estos enseres fueron bendecidos con agua procedente de la Fuente de las Tiaras del Vaticano.
El 13 de septiembre se realizó una solemne ofrenda floral a María Santísima del Mayor Dolor por sus portadoras de trono, teniendo lugar, a continuación, un devoto besamanos. Ya en la tarde del día siguiente, y tras un pasacalles por las bandas de cornetas, tambores y música de la Hermandad, la venerada imagen mariana fue trasladada desde la Ermita de San Sebastián a la Parroquia de Nuestra Señora de la Encarnación, siendo de destacar que, por primera vez, un equipo de acólitos y pertiguera precedió a nuestra Sagrada Titular. Para los anales de esta corporación nazarena queda, también, el hecho de que, por expreso deseo de sus portadoras, la imagen procesionara sin palio, como lo había hecho hasta 1997.

Coronación litúrgica y Jura del Voto Concepcionista: María Santísima del Mayor Dolor regresa triunfal a su ermita
El 15 de septiembre, Festividad de los Dolores Gloriosos, los actos comenzaron con un repique general de campanas y lanzamiento de cohetes a las 12:00 de la mañana celebrándose, a las 19:00 horas, una Solemne Función religiosa. Durante la misma, se procedió a la Coronación litúrgica de nuestra Sagrada Titular y a la Solemne Jura del Voto Concepcionista por parte de nuestra Real Hermandad. La procesión triunfal de regreso de María Santísima del Mayor Dolor a su ermita, que contó con el acompañamiento de numerosas hermandades hermanas, trascurrió por Plaza Baja, Calle Cilla, Calle Cruz, Calle Real y Calle San Sebastián luciendo la talla, bajo palio en esta jornada, una candelería conmemorativa especialmente diseñada con motivo de esta festividad, así como el templete relicario que alberga las reliquias de San Roque y Santo Domingo de Guzmán, que en 2008 concedió la Santa Sede a nuestra Real Hermandad para que figuraran en su trono cada Viernes Santo.
María Santísima del Mayor Dolor, primera imagen portada por mujeres bajo trono en Málaga desde los años 80
En la actualidad, María Santísima del Mayor Dolor es procesionada cada Viernes Santo por las hermanas de la Hermandad, que desde la década de 1980 tienen el privilegio de ser pioneras bajo los varales en la provincia de Málaga. Su trono, de metal plateado, fue realizado, en 1992, en los talleres de Cristóbal Martos viéndose plateado y restaurado, en 2022, en los talleres lucentinos de Paula Orfebres que completó el conjunto con unas nuevas barras de palio y candelería. Sobre esta última brillan, primorosamente, las velas rizadas, que se incorporaron al exorno de la Dolorosa en 2017, el mismo año en el que se creó, definitivamente, un cuerpo de acólitos y pertiguero para acompañar a nuestra Sagrada Titular, que marcha, desde entonces, a los sones de la Banda de Música de la Hermandad.
Fuera de la Semana Santa, los cultos a María Santísima del Mayor Dolor se realizan, cada año, en septiembre, con motivo de la Festividad de los Dolores Gloriosos, durante la que suele homenajearse a una hermana que se ha destacado por su devoción a la imagen y también durante la Cuaresma, con la celebración de una Sabatina en su honor a la que asisten, a puerta cerrada, las hermanas, camareras y vestidor de la imagen para revestirla con su ajuar procesional. A estos actos se han añadido, en 2025, otros realizados en la tarde del Viernes de Dolores.
Entre las piezas de orfebrería, destacan la actual corona procesional, obra de orfebrería Villareal, y que es una de las tres con las que cuenta la imagen, un halo de estrellas, varios puñales y broches, o una Medalla ofrecida por S.E. Rvdmª el Cardenal Carlos Amigo Vallejo durante su visita a nuestra Real Hermandad, en 2018.
También posee la dolorosa una amplísima colección de rosarios donados por hermanos y devotos y que han sido traídos de santuarios marianos como Fátima, Guadalupe, El Rocío, El Pilar o Monserrat, dándose la curiosidad de que uno de ellos fue, incluso, bendecido por San Juan Pablo II.
Igualmente, destacan otras piezas de ajuar notables, como las cruces adquiridas en las peregrinaciones a Santiago de Compostela y Jerusalén y las donaciones de militares especialmente vinculados con nuestra Real Hermandad. Entre estas últimas, cabe señalar el fajín que donó el General-Jefe de la Legión Excmº. Sr. D. José Giménez-Henríquez, la faja de coronel del Estado Mayor ofrecida por el Ilmº. Sr. D. Enrique de Vivero, que mandó a nuestro Hermano Mayor Honorario, el Tercio “Gran Capitán” I de la Legión, y el emblema legionario del teniente coronel D. José Hidalgo Garcés.