Conocido por su elegancia y destreza en la plaza, este torero sevillano emerge como una figura prometedora en el mundo de la tauromaquia. Siguiendo los pasos de su hermano mayor, el renombrado matador de toros Javier Jiménez, Borja ha cultivado desde su infancia una pasión por el arte de lidiar, recibiendo formación en la prestigiosa Escuela Taurina de Espartinas. Su debut en el ruedo tuvo lugar en 2005, cuando, compartiendo cartel con su hermano, se enfrentó a un eral de la ganadería de Juan Antonio Ruiz «Espartaco», en su localidad natal.
Desde entonces ha conseguido triunfos importantes en plazas de toros emblemáticas como Sevilla, Arles o Pamplona, que han consolidado su posición como un torero de proyección internacional. El pasado 8 de octubre de 2023, cumplió el sueño de cualquier torero; consiguió el gran triunfo durante la madrileña Feria de Otoño en una corrida de Victorino Martín, que le hizo salir a hombros por la Puerta Grande de Las Ventas.
¿Cómo surge tu afición por el mundo del toro?
Desde muy pequeño porque mis padres son veterinarios. Mi madre cubría la zona de Huelva, en una plaza de toros de por allí, y yo desde muy pequeño le acompañaba cuando a ella le tocaba cubrir los festejos como veterinaria y ahí fue cuando empecé a ver toros. Después surgió la idea de ser torero porque veía al padre de Espartaco entrenar con muchos toreros que estaban en las ferias de esa época, es en ese momento cuando decidí que quería ser torero, probar y empezar a entrenar con el maestro Espartaco padre, allí en Espartinas.
¿Cuál es el recuerdo más bonito que tienes de tu infancia con relación al toro?
Tengo muchos, pero uno de ellos es la primera vez que me puse delante de una vaca, que fue en la comunión del sobrino de Pepe Luis Vázquez. Allí en su finca, echó una vaca y salí de la mano de él. Fue la primera vez que vi un animal í tan cerquita y después, tengo muchos recuerdos con el maestro Espartaco padre cuando nos íbamos con él y con mi hermano a entrenar a los pinos de Aznalcázar y nos contaba muchas anécdotas. Todos esos recuerdos de los inicios son muy bonitos.
En estos últimos años se te ha visto con ganaderías duras… ¿Es esa tu intención?
Bueno, al final del año pasado estuve lidiando ganaderías duras, pero este año la temporada está enfocada a torear varias corridas de Victorino en las principales ferias donde va esta ganadería y después también lidiaremos otro tipo de ganaderías, que se me vea en las dos partes y también con otras ganaderías.
Has conseguido ya tu primera Puerta Grande de Madrid, que es el sueño de muchos toreros y tú ya lo has podido cumplir, ¿cómo recuerdas ese día?
Un día muy emotivo. En la plaza se vivieron las tres faenas y fue una tarde con mucha emoción, sobre todo viendo al público de Madrid entregado cuando estaba toreando. Yo creo que es lo que soñamos todos los toreros y lo que pude sentir el año pasado.
¿Cuánto sacrificio hay detrás para lograr esta Puerta Grande?
Muchos años de dedicación al toreo… Esta Puerta Grande no viene así de repente. Hay muchos años de sacrificio, de entrenamiento, de que no te salgan los contratos y seguir entrenando como si los tuvieras… y gracias a no desistir en estos años anteriores que he toreado muy poco, he podido madurar mucho y sobre todo tener la mente muy fuerte, que crezca mi mentalidad, mi esfuerzo y dedicación a la profesión, y gracias a eso están llegando momentos como el de la Puerta Grande de Madrid y como los que estoy viviendo ahora.
¿En qué toreros antiguos te inspiras?
Siempre me ha gustado mucho el maestro Manzanares padre. He visto muchos videos, no he tenido la suerte de verlo en directo, pero es uno en los que más me he fijado. También en el maestro Espartaco, obviamente dada la cercanía que tengo con él, me ha servido de mucho y me fijo en muchas cosas de su toreo. El maestro Antoñete, Antonio Ordoñez… para mí son toreros en los que me fijo su manera de torear y de andar por la plaza.
¿Un cartel soñado para ti en una plaza?
Un mano a mano con mi hermano Javier, en Sevilla y Madrid.
¿Alguna plaza en la que todavía no hayas toreado y que te gustaría hacerlo?
Me gustaría mucho torear en Bilbao. Es una plaza en la que no he toreado todavía y me haría mucha ilusión torear allí.
Dos tardes en Sevilla en primavera y otra en San Miguel, ¿cómo vive un torero sevillano el prepararse para unas fechas tan importantes en Sevilla?
Al final soy un privilegiado por estar anunciado tres tardes en Sevilla, una plaza con tanta categoría, y la preparación es la de entregarme para buscar el toreo bueno. Me gustaría que en Sevilla me vieran cuajar el toro de principio a fin, toreando bien.
Un tema del que quizás no se hable mucho es acerca de la salud mental. Enfrentarse a una nueva temporada supone preparación tanto física como psicológica, ¿cómo te encuentras?
Me encuentro muy bien. Obviamente la mente hay que trabajarla mucho para la temporada, porque después llegan momentos difíciles cuando estás delante del toro, y pueden venir algunas dudas… pero para eso se trabaja la mente diariamente, para superar esas adversidades.
Texto: Javier Fuentes
Fotos: Gerardo Morillo
