Manuel Marchena, catedrático de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Sevilla (US), ha anunciado su candidatura para las próximas elecciones a rector de la Hispalense. Con una destacada trayectoria tanto en el ámbito académico como en la gestión pública, Marchena busca liderar una institución con más de cinco siglos de historia hacia una nueva era. Su experiencia como gerente de Urbanismo y consejero delegado de EMASESA durante los mandatos de Alfredo Sánchez Monteseirín en el Ayuntamiento de Sevilla, lo avala como un candidato sólido y con visión estratégica.
La elección de rector, que se celebrará a primeros de 2025, tras los dos mandatos de Miguel Ángel Castro, viene marcada por la adaptación de los estatutos de la Universidad a la nueva ley universitaria del Gobierno de Pedro Sánchez, incluyendo la implementación del sufragio universal ponderado.
El hotel Querencia de Sevilla nos abre sus puertas, una vez más, para que el catedrático nos comparta sus principales preocupaciones y propuestas para enfrentar los retos que tiene la US, destacando la importancia de una gestión inclusiva y participativa. Su candidatura es la primera en hacerse pública, abriendo así el camino hacia una contienda electoral que promete ser intensa y decisiva para el futuro de la institución.
¿Qué le motivó a presentar su candidatura como rector de la Universidad de Sevilla?
Mi principal motivación es devolverle a la institución todo lo que me ha brindado a lo largo de mi vida. Soy alumno desde el año 1976 y profesor desde 1983, así que me siento profundamente agradecido y comprometido con su desarrollo. Quiero aportar mi experiencia en gestión y, sobre todo, darle un impulso de mejora que considero vital en este momento para nuestra universidad.
¿Cómo ha influido su trayectoria académica y su experiencia como catedrático de Análisis Geográfico Regional en su decisión de postularse como rector?
Mi trayectoria académica y mi experiencia como catedrático han influido profundamente en mi decisión. He dedicado gran parte de mi vida a la universidad, al igual que a la gestión pública y la empresa privada, incluso desempeñándome como presidente de la patronal de agua. Esta dualidad en mi carrera me ha brindado una perspectiva única y valiosa. Creo firmemente que la Universidad de Sevilla necesita un cambio para modernizarse y gestionarse mejor, especialmente frente a los desafíos del siglo XXI.
Durante su gestión en Urbanismo y EMASESA bajo el gobierno de Alfredo Sánchez Monteseirín, ¿cuáles considera que fueron sus principales logros y cómo piensa que esta experiencia beneficiará a la universidad?
Uno de mis mayores logros fue optimizar el desarrollo físico de la Universidad de Sevilla, tanto en sus obras como en sus facultades. Sevilla tiene la ventaja de contar con un campus universitario desconcentrado, que integra y articula diversas zonas. Esta distribución física positiva ha sido fundamental para nuestra ciudad. Mi experiencia en urbanismo y gestión del agua ha sido clave en este proceso, y estoy convencido de que estos conocimientos y logros serán altamente beneficiosos para nuestra universidad.
¿Qué cambios o mejoras propone implementar si resulta elegido?
La primera línea de mi programa es una mejor gestión. La Universidad de Sevilla sufre un colapso en la gestión que afecta a la docencia y la investigación. Hay problemas en la contratación, la burocracia investigadora y la eficiencia presupuestaria que impiden un funcionamiento óptimo. Contamos con un capital humano extraordinario: 4.500 profesores, 3.000 administrativos y casi 70.000 alumnos, pero no hay motivación ni incentivos para mejorar la docencia. Desde la pandemia, la falta de presencialidad en las clases es un problema serio. Mi objetivo es resolver estos cuellos de botella y revitalizar tanto la docencia como la investigación.
¿Qué papel cree que debe jugar la innovación y el desarrollo tecnológico en el futuro de la Universidad de Sevilla?
Son cruciales para el futuro de la Universidad de Sevilla. Estamos en un momento donde la inteligencia artificial y su aplicación tienen un impacto significativo en la formación y desarrollo del talento. Como segunda universidad más grande de España, es fundamental que la Universidad de Sevilla genere y aplique innovación, tanto desde dentro como desde la empresa privada y desde la sociedad. Con 519 años de historia, debemos mantenernos actualizados, y la única forma de hacerlo es creando y aplicando innovación constantemente.
¿Cómo planea fortalecer las relaciones entre la universidad y otras instituciones, tanto a nivel local como internacional?
La Universidad de Sevilla está comprometida con integrarse más activamente en su entorno económico, social y político. Esto incluye una colaboración más estrecha con empresas locales para proyectos conjuntos y una relación más fluida con instituciones clave como la Junta de Andalucía y el ayuntamiento de nuestra ciudad, quienes son cruciales tanto en términos presupuestarios como en la configuración del contexto en el que operamos. Queremos liderar iniciativas que modernicen Andalucía y mejoren las condiciones económicas, sociales y políticas de nuestra ciudad.
¿De qué manera piensa involucrar a estudiantes, profesores y administración en la toma de decisiones importantes?
Primero, hemos implementado el sufragio universal ponderado para elegir al próximo rector, asegurando que estudiantes, profesores y personal administrativo tengan voz en este proceso fundamental. Mi objetivo es ser elegido de esta manera, reflejando así mi compromiso con la participación democrática en la Universidad de Sevilla. Una vez en el cargo, mi plan es descentralizar y desconcentrar el poder, convirtiendo el claustro en un verdadero parlamento donde se discutan y decidan las políticas que afectan a nuestra institución. Quiero que todos puedan participar activamente no solo al votar, sino también en la toma cotidiana de decisiones.
¿Cuáles son los principales retos que enfrenta actualmente la Universidad de Sevilla y cómo planea abordarlos?
Entendiendo que uno de los retos principales que enfrenta actualmente es reorientar su enfoque hacia los estudiantes, colocándolos en el centro de las acciones universitarias.
Además, es crucial liberar a los profesores de los cargos administrativos y presupuestarios para que puedan enfocarse en la excelencia académica. Por otro lado, aspirando a posicionar a la universidad de manera más destacada dentro del ecosistema de la ciudad de Sevilla.
¿Cómo imagina la Universidad de Sevilla en los próximos diez años bajo su posible rectorado?
Imagino una universidad muy relevante en docencia centrada en la experiencia presencial de estudiantes y profesores y descollante en investigación. Una universidad con las infraestructuras modernizadas. Una universidad con mejor reputación y posicionada como líder en Andalucía, España y a nivel internacional, equiparándose con las mejores universidades europeas y mundiales.
Texto: Carlota Acuña Ruano
Fotos: Ángela Muruve