Manolo Casal ha presentado a los medios la undécima edición de El Falla en Sevilla, concretamente en la terraza Gourmet de El Corte Inglés del Duque. El festival de carnaval más prestigioso de los que se celebran en España vuelve al gran Auditorio Fibes los días 27 y 28 de febrero de 2024, coincidiendo con el Día de Andalucía.
Además, Casal es el autor del libro “Generación Tangai. La historia del carnaval gaditano en la televisión andaluza” junto a Modesto Barragán, actual director de Andalucía Directo, en el que nos cuentan el gran papel de difusión que ha tenido el medio de comunicación para que el carnaval consiga el merecido valor que alcanza a día de hoy.
Como maestro de ceremonias de este evento ¿qué podemos encontrar en la presentación de El Falla en Sevilla?
El Falla en Sevilla es el festival de carnaval más importante de todos los que se celebran después del concurso del Gran Teatro Falla de Cádiz. El cartel de este año creo que satisface a los aficionados de todas las tendencias carnavalescas. Estarán las dos comparsas que mantienen encendida la competición en la modalidad, “La Oveja Negra” de Martínez Ares y “Los Colgaos” de Argüez y Cabrera. En chirigotas, se atiende la vertiente de la calle con “La Callejera Invisible” del Molina, el humor negro de “La Última y Nos Vamos” del Bizcocho, y el estilo clásico de “El Grinch de Cai”, la chirigota que presenta el pregonero del Carnaval de Cádiz 2024, Juan Manuel Braza “Sheriff”. La organización concibe el festival como un espectáculo integral. Por eso, este año, contará con presentadores con nombres propios de la fiesta como José Guerrero “Yuyu” y los “Cuarteteros” Javi Aguilera y Joselito, que pondrán las notas de humor entre actuación y actuación.
Si tuviera que definir el carnaval a alguien que no lo conozca ¿cómo lo definiría?
Para mí el carnaval es la fiesta de todas las fiestas. La única celebración humana que no depende de terceros sino de ti mismo. La fiesta en la que puedes ser quien te dé la gana y decir lo que te dé la gana, siempre que respetes la libertad de los demás y no te pases de listo, de “grasioso” o “malaje”. El carnaval es la vida misma, una actitud, la búsqueda extrema de echar un buen rato, de ser feliz. Le persigue la fama de excesivo y desenfrenado, pero encontrar esos momentos inolvidables de bienestar nunca es un exceso. Así que es una lección para el resto del año. Lástima que su dependencia del calendario cristiano limite su duración.
Si tuviera que definir, en concreto, el carnaval de Cádiz, ¿qué diría?
El carnaval de Cádiz es una fiesta de letra y música en la que es más importante qué se dice que cómo se dice y qué “tipo” o disfraz lleva uno. Como fiesta, mantiene las mismas características que el resto de carnavales del mundo respecto a las máscaras, disfraces, diversión en grupo, bailes, cabalgatas etc. Y, sin embargo, es distinto a los demás. Su hecho diferencial es la copla. Cádiz lleva 200 años creando conjuntos músico-vocales que cantan coplas populares para criticar el poder, expresar sus penas y expiar sus culpas. Tras la entrada a saco de los medios audiovisuales en el concurso del Falla, la música del carnaval de Cádiz se ha convertido en un género musical que ha entrado en la industria cultural española. Hoy es habitual que grandes artistas españoles como Alejandro Sanz o Manuel Carrasco utilicen coplas del carnaval gaditano en sus conciertos. También que las agrupaciones más importantes giren durante el año por teatros de toda España.
¿Por qué considera que el carnaval de Cádiz es único en el mundo?
Yo creo que lo que pasa en Cádiz no tiene parangón. No hay ningún otro lugar del planeta donde haya tanta concentración de talento y creatividad para elaborar todo un anuario de coplas que analizan lo ocurrido a lo largo del año, desde lo local a lo global. Es periodismo cantado sobre la política, la sociedad, las costumbres, las tradiciones, las emociones, el humor. No se salva nada ni nadie de la aguda pluma de los autores, que mezclan información y opinión para convertirse en la voz del pueblo. Las coplas son una encuesta más afinada que la del CIS. Un carnaval con más de 6.000 personas cantando entre el teatro y las calles, según sean agrupaciones oficiales o “ilegales”, cientos de músicas originales de pasodobles y cuplés, y miles de letras nuevas cada año hacen de Cádiz el pueblo portavoz de millones de españoles.
Más allá de Cádiz, ¿dónde considera que hay más cantidad de aficionados al carnaval?
Creo que por una cuestión puramente demográfica en Sevilla hay más aficionados al carnaval de Cádiz que en la propia capital gaditana. Los sevillanos sienten verdadera pasión por la fiesta grande de Cádiz. Hay veneración hacia el ingenio gaditano, mucho respeto por los autores de letra y música que han sido claves en las últimas décadas y, en general, absoluta admiración por la cultura del carnaval. El Falla en Sevilla es la muestra. Se celebra en Fibes, que es uno de los mayores auditorios de Europa, y con cada función se llenaría tres veces el Gran Teatro Falla de Cádiz.
¿Qué es lo que más le gusta de esta fiesta o lo que más destacaría? ¿y lo que menos?
Personalmente, tengo predilección por el carrusel de coros los domingos en la Plaza de la Libertad. Para mí es el mayor espectáculo del carnaval de la calle, que es el carnaval auténtico. No olvidemos que el concurso del Falla es previo a las fechas oficiales del carnaval y se inventó como fórmula del poder municipal para controlar los repertorios de las agrupaciones. La calle me parece más verdadera que el teatro porque es más libre, más canalla, sin filtro, se acepta otro lenguaje, y la poca vergüenza campa a sus anchas para regocijo de quienes disfrutamos de las agrupaciones callejeras en cualquier esquina. El teatro es otra cosa. Hay que competir, concursar, medir para alcanzar el objetivo de llegar a la final, que muchas veces se traduce en un incremento de los ingresos económicos de autores e intérpretes. Yo no tocaría nada, pero volvería a otros tiempos donde el concurso, por ejemplo, no duraba todo un mes. También revisaría la duración de la Gran Final, que es el espectáculo más largo de los que se emiten cada año por televisión en el mundo. En estos tiempos, con los nuevos hábitos de consumo digital, un espectáculo que termina a las 8 de la mañana no tiene sentido. Yo mantendría el número de agrupaciones, pero arrancaría a las cinco de la tarde.
¿Qué resaltaría de la evolución del carnaval a lo largo de los años?
El carnaval estuvo prohibido durante el franquismo, aunque en Cádiz se mantuvo bajo la denominación de Fiestas Típicas Gaditanas a partir de los años 50 del siglo pasado. El carnaval recuperó su nombre y regresó a su fecha de febrero durante la Transición. Y ahí comenzó una revolución creativa en Cádiz donde se implicó toda una generación de jóvenes empeñados, primero, en salvar al coro, modalidad que estuvo a punto de perderse y que fue reflotada a partir de Los Dedócratas. Después en renovar la chirigota. Surgieron diversas corrientes innovadoras como Los Cruzados Mágicos, Las Momias o Los Sanmolontropos Verdes. A partir de ahí, se redefinieron también comparsas y cuartetos. Los nombres de esta evolución son los de Paco Rosado, los Villegas, Selu García Cossío, Yuyu, Manolo Santander y el Noly para defender los cánones clásicos, hasta Martínez Ares y el malogrado Juan Carlos Aragón que reformularon la comparsa y elevaron a un nivel literario nunca visto la copla de carnaval.
Le definen como leyenda y enciclopedia del carnaval de Cádiz, ¿esta pasión le viene de familia?
Pues sí. Sin saberlo traía el carnaval en la sangre. Mi abuelo Pepe escribió algunos coros durante la República y se pasó toda la dictadura franquista ocultándolo por temor a ser represaliado. Por otro lado, el Moreno, primo de mi padre, era un puntal de la comparsa de Paco Alba y uno de los mejores intérpretes de coplas por su capacidad para transmitir no solo con la voz sino con las manos. Y en mi barrio de las Callejuelas salían muy buenas chirigotas. En una de ellas incluso participó Camarón de la Isla. Salió en 1962 con la chirigota “Currillo y sus churumbeles”.
Texto: Carlota Acuña Ruano
Fotos: Pablo Pérez Rojas